Siempre me he sentido frustrada; no puedo hacer, no puedo leer,
no puedo ver, no puedo tener, no puedo decir, no puedo escribir, son ideas que
me repugnan pero que conozco y con las que puedo vivir.
Sin embargo, muy a mi pesar, de un tiempo para acá he sentido
algo aún peor: no puedo ser.
No puedo ser lo que quiero ser.
No puedo ser lo que esperaba ser hace un año.
No puedo ser lo que esperaba ser hace dos años.
No puedo ser lo que esperaba ser hace tres años.
No sólo se trata del aspecto académico (aunque en su mayoría lo
es), sino del personal, el familiar, el laboral, el físico, el mental… todo me
frustra, todo me enoja, todo me vierte más hacia mí y hacia mi destierro
voluntario del mundo real. Siento que no avanzo, sé que no avanzo, y sin
embargo no logro encontrar ese “algo” que me haga reaccionar y ponerme en
marcha. Lo hay, sé que lo hay, pero no está donde debe estar y ya no sé dónde
buscarlo.
Pasan días, semanas, meses, ahora años, y juro que aquí no es
donde quería estar, no es lo que quería hacer, y sobre todo, no es lo que
quería ser, no es lo que quiero ser.
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