Tres palabras –paro de transportistas-
Me lleva.
Mi hermana me llama –me avisaron que no hay camiones, si ves que se te hace muy tarde toma un taxi, te debe de cobrar 40 máximo-, ok pues. Desayuno y me voy.
Me lleva.
Mi hermana me llama –me avisaron que no hay camiones, si ves que se te hace muy tarde toma un taxi, te debe de cobrar 40 máximo-, ok pues. Desayuno y me voy.
Ya en la parada del camión pienso que tengo mucha suerte porque el autobús pasa casi vacío y pienso –hoy va a ser un buen día-, lo tomo, y no lleva ni 100 metros de avance cuando un montón de hombres de pantalón azul y camisa blanca lo interceptan y hacen que se detenga. Toda la gente mira a su alrededor extrañada mientras uno de los hombres se cuelga a la puerta y dice –que se baje el pasaje y que el compañero venga con nosotros para apoyar la causa-, el chofer protesta, dice que tiene una familia que mantener; nosotros protestamos, exclamamos que tenemos que ir a nuestro trabajo y escuela, que no es justo que hagan esto; el hombre insiste –bájense-, y una señora exclama –al menos que nos devuelvan nuestro pasaje-, el chofer accede y nos da los seis pesos que pagamos al subir, somos casi veinte los que nos bajamos en la avenida principal, y sumándonos a las otras decenas de personas ahí, comenzamos a caminar en busca de un taxi o de otro autobús. Después de avanzar unos quince minutos y no ver santo y seña de otro camión con pasaje cruzo la avenida que rodea a la ciudad y me encuentro a un amigo –por aquí no van a pasar los camiones- me dice, y ambos nos quedamos pensado en qué demonios hacer. -¿Ustedes también van a CU?- nos dice una chica de cabello chino parada junto a un tipo alto con mochila, le respondemos que sí y decidimos cooperarnos y tomar un taxi entre los cuatro. Ellos se bajan en humanidades y nosotros seguimos hasta nuestra facultad, platicamos un rato y al llegar nos separamos. Todos en la escuela hablan de las odiseas que pasaron para llegar a la escuela: tráfico, choferes con la panza al aire corriendo por las avenidas principales -y mas concurridas- de la ciudad, choferes deteniendo a fuerza los camiones, mas tráfico, caminatas larguísimas, taxis haciendo su agosto, mas tráfico…es sorprendente pensar que si un servicio se detiene, todo el sistema se viene abajo; hay caos –mas de lo usual- y desconcierto por parte de la gente.
Entro a mi clase.
Ahora toda la situación parece bizarra e incluso cómica, ¿y en tres días? ¿y en una semana? ¿y en más?
Pienso en qué ocurrirá si el paro continúa de manera indefinida.
2 comentarios:
En mi ciudad (Tepic) pasó algo similar hace aproximadamente 8 años, el problema aquí fue que TODOS los sindicatos de transportistas (lease: Autobuses, Combis y Taxis) se unieron al paro...
EL gobernador de aquel entonces le entró al quite pidiendo "ayuda" a la población que tuviera coche, dando permisos "Express" para funcionar como taxis a una módica cantidad...
El paro no duro mas de 3 semanas, porque los choferes se dieron cuenta de que los tepicenses nos unimos y que, si ellos hacían un paro otra vez, había personas que le entrarían a tratar de apoyar.
Despues de esa fecha, se creo un nuevo sindicato de taxistas, formado por aquellas personas que apoyaron a la causa y al gobierno no le quedo de otra que otorgar los permisos correspondientes...
Una bonita anécdota de un lugar como este jeje.
Saludos!
Es que en mi rancho no somos igual de solidarios que en Tepic, acá te mientan la madre si pides ayuda...y te hacen cara de fúchila si se enteran que eres chilang@ jeje
En fin, espero que el paro no se repita mañana, si no: dos horas a pata pa' llegar a la escuela, y de ahí dos de regreso :0
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