domingo, 3 de marzo de 2013

Tormentas en un vaso de agua


No quiero vanagloriarme ni nada por el estilo, pero en el curso de este fin de semana descubrí la clave para reconocer cuando alguien se convierte en adulto.

No he tenido tiempo para elaborar la idea, pero quiero dejar constancia de su existencia.

Cuando escuchas los problemas o dificultades de un niño, niña o adolescente, y piensas "por favor, no es el único, a todos nos pasa lo mismo cuando tenemos su edad, ya se le pasará", o ideas similares, es en ESE preciso momento cuando cruzas la delgada línea entre la inocencia y la adultez. Mis condolencias.

No lo sé, siento que hay algo intrínsecamente adulto, maduro y malvado es esa línea de pensamiento, y la evito a toda costa. Los invito a que hagan lo mismo. 

No pierdan la empatía con las personitas a su lado, porque todos pasamos por eso, y esas tormentas en un vaso de agua fueron, al fin y al cabo, tormentas; creces, se vuelven experiencias y las comprendes mejor, pero nunca las olvidas, así que no salgan con estupideces como "a todos les pasa, mñéh".

No sean condescendientes, no hay nada peor que eso.

1 comentario:

Peyote dijo...

Carajo! Soy un adulto sin remedio... M'eh!

Como sea, jajaja, hay de tormentas a tormentas.
Mi prima llorando porque no alcanzó boletos para One Direction se me hace una tormenta pendeja. Jajajaja.
Y nunca pasé por eso. XD

Saludos! PsicoBunny!