Advertencia: rara vez dejo sin revisar y/o corregir mis escritos o “intentos de escrito”, pero quiero terminar el libro que estaba leyendo, así que, se amuelan jaja...no, no, no, lo que quería decir era: mis ams sinceras disculpas por los errores de narración y/o garrafales errores de ortografía.
Me encontraba el viernes en clase, a eso del mediodía, leyendo primero y luego comentando qué nos había parecido la lectura; véanlo así, clase de dos horas, leer: cuarenta minutos, “comentar”: veinte. Al término de esto la maestra se levantó y pensé “bueno, ya va a empezar al clase o al menos nos va a explicar algo de la lectura”, pero en vez de eso nos dijo “Ok, ¿terminaron? Nos vemos el lunes”. Todos, por supuesto, salimos felices, digo, al fin y al cabo era viernes, pero fue entonces cuando me quedé pensando: ¿Qué demonios le sucede a la educación en México?
Si tuviese que pensar en una palabra para describirla, ésta sería MEDIOCRE. Piénsenlo, ¿Cuántos buenos profesores han tenido o tuvieron a lo largo de su vida estudiantil?
Remóntense a esos tiempos de la primaria, en lo personal únicamente aprendí a leer, escribir y algo de matemáticas, y más que deberle eso a mis maestros diría que fue mi familia la que me ayudó, porque si no hubiese pasado por la calle de la amargura en lo que a conocimientos se refiere. La mayoría de los profesores (as) estaban mas ocupados en la dirección chismeando o comiendo que enseñándonos algo, especialmente en quinto y sexto semestre. Aún recuerdo que por ahí de tercero o cuarto una de mis profesoras nos dijo que en la dirección le habían prohibido que reprobara alumnos, ¿Qué se puede esperar de un sistema educativo así?
Ahora vayan a la secundaria, ¿Qué tal les fue? Honestamente no me puedo quejar, tuve profesores decentes, en especial una que me enseñó matemáticas, creo que es la única profesora de la secundaria con la que pensé “Órale, esa maestra si sabe de lo que habla” (te aterraba como no tienen idea), pero aparte de ella, como ya mencione, nadie que me sorprendiera o impactara; la mayoría simplemente daban clase, dictaban, regañaban, hacían exámenes y en ocasiones nos daban un sermón acerca de que no íbamos a hacer nada con nuestras vidas si seguíamos así…buena manera de dar apoyo a un montón de mocosos de catorce y quince años.
La preparatoria igual. Maestro de filosofía, maestro de álgebra, maestro de sociología. Tres profesores de los que me enorgullezco decir que aprendí algo, dos de ello te aterraban como no tienen idea, pero bueno, era su método y funcionó conmigo. Únicamente critico al profesor de álgebra, porque nos dio un sermón acerca de cómo era posible que los recién egresados de las universidades festejaran, que alguien debería de decirles “bienvenidos al desempleo”. Digo, está bien ser realista, pero gracias a eso dejó a 25 chicos de tercer semestre de prepa traumados. Véanlo así: estuve seis semestres en la preparatoria, tuve, calculándole, sesenta profesores, tres que yo llamaría excelentes, quince buenos y uno o dos pasables, ¿Y el resto, dónde quedan, qué aprendí de ellos, porqué son profesores si a algunos parecía desagradarles el dar clase?
Anécdota: aún recuerdo el final de primer semestre, clase de hombre y salud, juro que ya me veía en el extra, cuando llamaron mi nombre puse mis ojos llorosos y con carita de borrego a medio morir, la profesora se me quedó viendo, y me dijo “hayyyyy, no te preocupes mijita, ya tienes ocho, te puedes ir…” todo esto mientras tachaba la calificación anterior y me ponía un 8 redondo, así fue como pasé hombre y salud…
Y ahora, bueno, la Universidad. He de admitir que me ha ido bien. Hay licenciados, maestros o doctores que te dan la clase y te quedas a veces con cara de WHAT?, porque al principio no entiendes nada de lo que te dicen, ya después les agarras la onda y piensas “Ese es un buen profesor(a)”, pero siguen existiendo esos dos o tres catedráticos que llegan, hacen que leas, dejan tarea y se van… ¿Quién les dice algo a ellos? ¿Quién dice algo acerca de aquéllos que te ponen buena calificación si los invitas a desayunar o si les andas haciendo la barba? ¿Qué pasa con esos que llegan el primer día clase, dejan un trabajo y no los vuelves a ver hasta el final del semestre, y peor aún, te enteras que reprobó a una amiga porque “no todos pueden pasar”?.
Lo reitero, la educación en México es mediocre. Y no solo hablo de la de la SEP o la del Estado, me enorgullezco de asistir a lo que se le denomina como “escuelas públicas”, de hecho he escuchado de las privadas y he de decirles que entre ellas y las públicas, me quedo con las públicas, si vas a tener las mismas quejas, por lo menos no pagas tanto… ojo, no se ofendan ni nada, si van en privada y esta es excelente, pues como me diría una amiga “Chido por ti” (igual a los de las públicas: “chido por uds.”).
En fin, la pregunta es, ¿Qué debe cambiar primero? La actitud de el pueblo hacia la educación, o de la educación hacia el pueblo???. Hagamos a un lado el sindicato, las huelgas, los salarios, la impunidad, las palancas, los exámenes para ocupar una plaza… ¿Qué ocurre en el país? ¿Cómo esperamos crecer si las bases son tan inestables? ¿Cómo es posible que se gaste dinero en quitar los chicles de las calles, en lugar de dotar de libros, computadoras y mejor educación a las nuevas generaciones?
En fin, probablemente soy yo la que está mal y la educación “hay la lleva”. Sólo quería comentarlo porque es mejor desahogarse aquí que gritarle algún día a mi profesora “Ahora si se va a dignar a darnos clase?!?!”. Ustedes me dirán en este punto "dile eso y tal vez algo mejore", pero seamos realistas, es difícil luchar contra el sistema, más si la profesora en cuestión lleva más de treinta años dando clase y de hecho fue profesora de la mayoría de los que ahora son jefes administrativos en la facultad...
Me encontraba el viernes en clase, a eso del mediodía, leyendo primero y luego comentando qué nos había parecido la lectura; véanlo así, clase de dos horas, leer: cuarenta minutos, “comentar”: veinte. Al término de esto la maestra se levantó y pensé “bueno, ya va a empezar al clase o al menos nos va a explicar algo de la lectura”, pero en vez de eso nos dijo “Ok, ¿terminaron? Nos vemos el lunes”. Todos, por supuesto, salimos felices, digo, al fin y al cabo era viernes, pero fue entonces cuando me quedé pensando: ¿Qué demonios le sucede a la educación en México?
Si tuviese que pensar en una palabra para describirla, ésta sería MEDIOCRE. Piénsenlo, ¿Cuántos buenos profesores han tenido o tuvieron a lo largo de su vida estudiantil?
Remóntense a esos tiempos de la primaria, en lo personal únicamente aprendí a leer, escribir y algo de matemáticas, y más que deberle eso a mis maestros diría que fue mi familia la que me ayudó, porque si no hubiese pasado por la calle de la amargura en lo que a conocimientos se refiere. La mayoría de los profesores (as) estaban mas ocupados en la dirección chismeando o comiendo que enseñándonos algo, especialmente en quinto y sexto semestre. Aún recuerdo que por ahí de tercero o cuarto una de mis profesoras nos dijo que en la dirección le habían prohibido que reprobara alumnos, ¿Qué se puede esperar de un sistema educativo así?
Ahora vayan a la secundaria, ¿Qué tal les fue? Honestamente no me puedo quejar, tuve profesores decentes, en especial una que me enseñó matemáticas, creo que es la única profesora de la secundaria con la que pensé “Órale, esa maestra si sabe de lo que habla” (te aterraba como no tienen idea), pero aparte de ella, como ya mencione, nadie que me sorprendiera o impactara; la mayoría simplemente daban clase, dictaban, regañaban, hacían exámenes y en ocasiones nos daban un sermón acerca de que no íbamos a hacer nada con nuestras vidas si seguíamos así…buena manera de dar apoyo a un montón de mocosos de catorce y quince años.
La preparatoria igual. Maestro de filosofía, maestro de álgebra, maestro de sociología. Tres profesores de los que me enorgullezco decir que aprendí algo, dos de ello te aterraban como no tienen idea, pero bueno, era su método y funcionó conmigo. Únicamente critico al profesor de álgebra, porque nos dio un sermón acerca de cómo era posible que los recién egresados de las universidades festejaran, que alguien debería de decirles “bienvenidos al desempleo”. Digo, está bien ser realista, pero gracias a eso dejó a 25 chicos de tercer semestre de prepa traumados. Véanlo así: estuve seis semestres en la preparatoria, tuve, calculándole, sesenta profesores, tres que yo llamaría excelentes, quince buenos y uno o dos pasables, ¿Y el resto, dónde quedan, qué aprendí de ellos, porqué son profesores si a algunos parecía desagradarles el dar clase?
Anécdota: aún recuerdo el final de primer semestre, clase de hombre y salud, juro que ya me veía en el extra, cuando llamaron mi nombre puse mis ojos llorosos y con carita de borrego a medio morir, la profesora se me quedó viendo, y me dijo “hayyyyy, no te preocupes mijita, ya tienes ocho, te puedes ir…” todo esto mientras tachaba la calificación anterior y me ponía un 8 redondo, así fue como pasé hombre y salud…
Y ahora, bueno, la Universidad. He de admitir que me ha ido bien. Hay licenciados, maestros o doctores que te dan la clase y te quedas a veces con cara de WHAT?, porque al principio no entiendes nada de lo que te dicen, ya después les agarras la onda y piensas “Ese es un buen profesor(a)”, pero siguen existiendo esos dos o tres catedráticos que llegan, hacen que leas, dejan tarea y se van… ¿Quién les dice algo a ellos? ¿Quién dice algo acerca de aquéllos que te ponen buena calificación si los invitas a desayunar o si les andas haciendo la barba? ¿Qué pasa con esos que llegan el primer día clase, dejan un trabajo y no los vuelves a ver hasta el final del semestre, y peor aún, te enteras que reprobó a una amiga porque “no todos pueden pasar”?.
Lo reitero, la educación en México es mediocre. Y no solo hablo de la de la SEP o la del Estado, me enorgullezco de asistir a lo que se le denomina como “escuelas públicas”, de hecho he escuchado de las privadas y he de decirles que entre ellas y las públicas, me quedo con las públicas, si vas a tener las mismas quejas, por lo menos no pagas tanto… ojo, no se ofendan ni nada, si van en privada y esta es excelente, pues como me diría una amiga “Chido por ti” (igual a los de las públicas: “chido por uds.”).
En fin, la pregunta es, ¿Qué debe cambiar primero? La actitud de el pueblo hacia la educación, o de la educación hacia el pueblo???. Hagamos a un lado el sindicato, las huelgas, los salarios, la impunidad, las palancas, los exámenes para ocupar una plaza… ¿Qué ocurre en el país? ¿Cómo esperamos crecer si las bases son tan inestables? ¿Cómo es posible que se gaste dinero en quitar los chicles de las calles, en lugar de dotar de libros, computadoras y mejor educación a las nuevas generaciones?
En fin, probablemente soy yo la que está mal y la educación “hay la lleva”. Sólo quería comentarlo porque es mejor desahogarse aquí que gritarle algún día a mi profesora “Ahora si se va a dignar a darnos clase?!?!”. Ustedes me dirán en este punto "dile eso y tal vez algo mejore", pero seamos realistas, es difícil luchar contra el sistema, más si la profesora en cuestión lleva más de treinta años dando clase y de hecho fue profesora de la mayoría de los que ahora son jefes administrativos en la facultad...
2 comentarios:
Tienes mucha razon.-
Oye, leia tu perfil- aquello del insomnio, descortes y dificultad para entablar conversaciones de más de 1 minuto con gente que no le genera interés...
Comparto esa actitud contigo xD
Saludos,.
Me alegra saber que no soy la única!
Gracias por tu comentario :D
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